Thursday, June 11, 2015

Las Ciencias también sufren la LOMCE.

LA LOMCE QUE VIENE

Destacamos la amenaza que acecha a las ciencias con esta LOMCE, y es que además de diferenciar de una manera más academicista el currículo, rompiendo una anterior tendencia al conocimiento integrador (con la LOMCE ya en primer ciclo de ESO se diferenciaría entre Biología y Geología y Física y Química), además, decía, desaparece  la asignatura Ciencias del Mundo Contemporáneo, una asignatura con vocación de educación humanista y globalizadora en el Bachillerato.

Cremas milagrosas que “queman” las grasas para adelgazar, “pulseras mágicas” que te dan energía o “iluminados” capaces de ver el futuro en la palma de tu mano o en los astros… Las pseudociencias nos rodean y buscan ciudadanos desinformados.  La educación y la formación científica son las mejores armas para combatir esta pandemia creciente y presente en nuestro día a día (basta con abrir los periódicos o ver la televisión).
Hace unos días podíamos leer el anteproyecto de ley con la
última reforma educativa en España, la Ley Orgánica para la  Mejora de la  Calidad Educativa (LOMCE). Entre los distintos cambios que se introducen, se encuentra la desaparición de la asignatura Ciencias para el Mundo Contemporáneo  (de ahora en adelante CMC) como asignatura de primer curso de bachillerato. Ello despertó la iniciativa de varios científicos y profesores para recoger firmas a favor de la no eliminación de CMC en internet y a través de la “blogosfera”.
El Real Decreto 1476/2007, de 2 de noviembre de 2007, por el que se establecen la estructura y las  enseñanzas mínimas para el bachillerato, presentaba  a  CMC  como asignatura común en bachillerato.  Si consultamos el Anexo I de dicha orden podemos encontrar los objetivos de esta asignatura. Cabe destacar el siguiente aspecto, a mi parecer, fundamental ya que refleja fielmente el objetivo de la asignatura:
El reto para una sociedad democrática es que la ciudadanía tenga conocimientos suficientes para tomar decisiones reflexivas y fundamentadas sobre temas científico-técnicos de incuestionable trascendencia social y poder participar democráticamente en la sociedad para avanzar hacia un futuro sostenible para la humanidad.
Con CMC se hacía realidad no solo una opinión defendida por  gran parte de  los profesores de ciencias a favor de un conocimiento científico básico como elemento cultural para cualquier alumno de bachillerato,  sino también una gran oportunidad para comunicar la Ciencia más allá del libro de texto.
¿Qué son los alimentos transgénicos? ¿son “buenos” o “malos”? ¿Qué es la nanociencia? ¿Qué posibles aplicaciones tendrá en un futuro? ¿Qué es el cáncer? ¿Qué tipo de tratamientos existen? Cualquier alumno y
ciudadano, ante todo individuo en una sociedad dependiente del avance científico-técnico, se podrá plantear estas preguntas a lo largo de su vida. CMC , bien estructurada y bien impartida, es una magnífica  herramienta para formar a  los alumnos del bachillerato Científico-Tecnológico en la aplicación de los conocimientos de ciencia que ya estudian en otras
asignaturas como Física y Química o Biología y Geología;  al mismo tiempo que aporta un conocimiento científico básico para los alumnos del bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales.
CMC es necesaria en cuanto a que la Ciencia es necesaria. CMC es una forma académica de reflejar que la
Ciencia es cultura. Saber quién escribió La Celestina , cuándo acabó la Primera Guerra Mundial o cuál es la capital de Islandia son conocimientos culturales que todos los alumnos y ciudadanos  han de tener. Pero saber cómo explica la ciencia actualmente la formación del universo, qué dijo Darwin o cómo la Química ha contribuido a los avances médicos o tecnológicos, entre otros muchos, de los últimos siglos  también es cultura.
En ocasiones se arremete contra CMC diciendo que es
una asignatura un tanto “mal planteada”. Pueden discutirse el temario, si ha de impartirse del mismo modo a alumnos de “ciencias” que a los alumnos de “letras”, si se le da otro nombre, pero  la necesidad de una asignatura como CMC es más que evidente a tenor de la escasa formación
científica que existe en nuestro país.  Y es ahí donde los científicos y profesores de ciencias debemos poner todo nuestro esfuerzo y dedicación para conseguir comunicar y enseñar la Ciencia, con rigor, para todos.

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